martes, 10 de enero de 2017

GRUTA HELADA DE SOASO

07-01-2017


Ya llega la primera cueva del año y para ir a consonancia con el clima nos metemos a una gruta helada, de las que ya quedan pocas en el pirineo. Vamos una buena cuadrilla del club Pirineos, dieciséis personas en total. Cuando he salido de Morillo de Tou para venir aquí hacía ocho grados bajo cero pero afortunadamente cuando ha salido el sol ha subido la temperatura hasta el punto de que hemos pasado bastante calor en la aproximación. Desde Linas de Broto se coge una pista cerrada con una cadena. Con permiso y las llaves se puede subir con el coche un buen trozo y te quitas una buena pateada. Aun así, desde donde se puede dejar aun nos quedan mas de 700 metros de desnivel hasta la boca. Algunos llevamos puestos los monos desde el coche y esto, sumado a las fuertes rampas, hacen que la sudada y el calor sean importantes. El día es esplendido al igual que las vistas que se extienden a nuestros pies y que nos deleitan nuestros sentidos.



Poco a poco en la subida se van haciendo varios grupos en función del estado de forma de cada uno. Así cuando lleguemos a la gruta lo haremos escalonadamente y no habrá atascos. A mitad de camino ya se puede apreciar la entrada a la cueva en el farallón que queda encima de nosotros a nuestra derecha. Vemos claramente la grieta, que rompe la pared,  de unos veinte metros de altura y que hay que remontar para llegar a la boca de la cavidad. Para ser enero hay muy poca nieve. Se alternan los claros y la nieve y hasta que llegamos a la pendiente final que nos conduce a la grieta, la podemos obviar. Al poco de empezar la pendiente nos tenemos que parar a ponernos los crampones que la cosa empieza a ser un poco peligrosilla para ir sin los mismos. Y así llegamos a la grieta. Hay una cuerda para ayudarnos en la subida pero la mayor parte esta enterrada en la nieve. Vamos subiendo con cuidado y sin mas problemas llegamos arriba.




En la boca de entrada vemos varias bonitas formaciones de hielo. Hay que tener cuidado con el suelo que esta helado aunque no lo parezca. De echo algunos nos pegamos buenos patinazos sin llegarnos a caer. Aquí nos quitamos los crampones y para adentro. La boca es muy amplia de varios metros de altura pero pronto nos tenemos que agachar para continuar. Por encima también tiene continuidad pero no esta montada la cuerda y es mas rápido y seguro ir por abajo. Toda la cueva esta instalada por lo que superar los obstáculos es bastante fácil. Primero hay unos pasamanos que se superan sin problemas. Luego llegamos a una rampa después de la cual hay un pasamanos que salva una galería desfondada. Hay que esperar a que el otro acabe el pasamanos porque la rampa esta llena de piedras sueltas que nos acompañan rodando en nuestra bajada y serian peligrosas si se pusiera alguien debajo. A continuación se llega a otros pasamanos que finalizan en un rapel guiado. Te deja un poco alto pero haciendo contraposción entre las dos paredes te puedes soltar sin problemas. Y por fin la sala final a la que accedemos por otro rapel guiado. Yo no me he dado cuenta que es guiado y me han tenido que tirar de la cuerda para alcanzar la lengua de hielo que tenemos a nuestros pies.



Yo me esperaba ver formaciones de hielo a lo largo de la cueva pero no había ni una, ni siquiera un poco de hielo. En la sala final si que hay una gran lengua de hielo pero por lo que dicen los que han estado anteriormente en la gruta, esta muy disminuida. La verdad es que esperábamos pasar frío dentro de la cueva y a sido todo lo contrario. Y de echo las paredes se estaban derritiendo. Lo primero ponernos los crampones porque esto es hielo puro y resbala que da gusto. Luego vamos debajo de la lengua mediante un pequeño rapel y nos dedicamos a intentar sacar alguna foto decente del hielo. Cuando acaba de bajar el último, empezamos a retornar los primeros mientras les dejamos que disfruten ellos del hielo. Aunque la cueva es totalmente lineal y aunque parezca mentira nos perdemos. Llegamos a un punto que no nos suena nada y siguiendo hacia adelante llegamos a la boca de la cueva ¡pero por arriba! Y como no hay nada instalado no podemos bajar. Retrocedemos y no hay manera de encontrar el paso. Al final era por un agujero que visto de frente parecía ciego y no se ve el paso hasta que te asomas.



Conforme vamos llegando echamos un bocado y para abajo. Nos queda poco de sol y nos tenemos que dar prisa. Las montañas nevadas con los tonos rojizos del anochecer nos alegran el alma y se suman a la satisfacción y la alegría que llevamos encima por el esplendido día que hemos pasado. Cuando llegamos a los coches nos encontramos una mochila en medio de todos ellos. ¡Alguien se la ha olvidado esta mañana! Menos mal que pasa poca gente por aquí. El ultimo grupo llega al coche de noche. Ahora una buena cerveza en "el ultimo bucardo" en Linas, una foto de grupo y a descansar que nos lo hemos ganado.


    foto de Miguel Anguel

martes, 3 de enero de 2017

CUEVA AJO Y AGUA, CALCENA

31-12-2016


Estamos ya en el ultimo día del año y para acabarlo bien que mejor que una cueva. Este año voy a celebrar la nochevieja con la gente del club de montaña, en el pueblo de Calcena. Hace menos de un año que me junte con este maravilloso grupo pero parece que nos conociéramos de toda la vida. Ha sido un año muy intenso, con un montón de actividades, de fiestas y de comilonas, he conocido a gente fantástica y me lo he pasado pipa. Y que mejor que acabar el año con ellos.


En Calcena hace un frío que pela. Tenemos pensado hacer cuevas y escalar. Decidimos ir primero a la cueva mientras se calientan un poco las paredes. Viniendo hacia aquí había muchísima niebla pero, por fortuna, llegando al pueblo se ha ido disipando. Para llegar a la cueva aparcamos el coche en un puente a 1 kilómetro de Calcena dirección a Oseja. Cruzamos el puente y cogemos un camino a mano derecha. Seguiremos por él unos 200 metros hasta una barranquera y pasada la barranquera encontraremos la cueva en la primera pared a nuestra izquierda. Recorremos la pared entera sin encontrar la boca de entrada. Yo me pego un castañazo bueno al resbalar en una piedra, afortunadamente no me hago mal. La escarcha cubre el suelo y los arbustos lo que los hace muy resbaladizos. Mirando la foto que sale en el libro que llevamos, la entrada es un agujero que habíamos descartado por parecernos demasiado estrecho.






¡Y allí que vamos! Yo entro primero. El agujero es ciertamente estrecho y va a parar a un destrepe de metro y medio. El problema es que sales de cabeza del agujero y tienes que hacer contorsionismo para pasar las piernas y hacer el destrepe. Me quedo allí para ayudar al resto. Es la primera cueva de Miguel y Adriana y la segunda ( y no se si la volveremos a convencer) de Sonia. Porque  ademas la cueva esta llena de arañas bastante hermosas y parece que no le hacen excesiva gracia.
Va pasando la gente unos con mas arte, otros con mas gracia y sobre todo, con una sonrisa y algunos encanados de risa. Conforme van superando el obstáculo se van introduciendo en la cavidad. Es muy corta y no tiene ninguna dificultad por lo que no hace falta ir juntos. Mas adelante hay otro estrechamiento en el que hay que hacer un giro de caderas pero muy facilico. Al final se llega a una sala en la que, sobre una piedra, hay figuras de barro que ha hecho la gente que entra a la cueva. Podemos observar un cerdo, un seta con la rana Gustavo encima etc.... Nosotros contribuimos con un muñeco de nieve que es lo propio de estas fechas. Desde esa sala parte una gatera un poco larga llena de barro. Ahí que se han metido tres valientes chicas... y que salen con barro hasta las cejas. Hay tanto barro que cuando te paras un rato sobre el, el pie te hace succión. Desde aquí ya solo queda volver a la entrada y salir por el agujero, tarea mas fácil que entrar.